ANTECEDENTES DE LABCHECK
Como estudiantes nos enfrentábamos a un problema recurrente:
El tiempo perdido. Durante nuestras prácticas en los talleres H y G, notábamos que gran parte de nuestras clases prácticas se desperdiciaban en tareas administrativas y logísticas que no deberían llevar tanto tiempo.
Primero, hacíamos largas filas para ingresar a los talleres y pedir herramientas. Luego, venía el proceso de llenar manualmente la hoja de registro, algo que fácilmente podía tomar hasta 10 minutos. Sin embargo, el problema no terminaba ahí. En varias ocasiones, cuando finalmente nos entregaban la hoja y podíamos solicitar las herramientas, descubríamos que no estaban disponibles, ya sea porque se habían agotado o porque estaban en el otro edificio. Todo esto significaba que, en lugar de aprovechar nuestra clase para aprender y trabajar, perdíamos hasta media hora buscando una solución.
Fue en medio de estas frustraciones cuando nos dimos cuenta de que este no era un problema aislado, sino algo que afectaba a todos los estudiantes que dependían de las herramientas de los talleres. Así surgió una pregunta clave: ¿Cómo podríamos hacer que este proceso fuera más rápido, organizado y eficiente?
